lunes, 21 de febrero de 2011

mas alla de la muerte

Casi por casualidad ha llegado a mis manos el libro de poemas "Corazón adentro", escrito por Eusebio Pinar.

Lo poco que he podido leer me ha gustado mucho, especialmente los versos escritos en la muerte de su madre que me han emocionado.


Descifro en lontananza tu figura,

inequívoca estrella no apagada;

vendrás, debilidad transfigurada

y luz nueva, a romper mi noche oscura.


Dulce madre, hallarás mucha amargura

que me dejó tu muerte inesperada.

Del recuerdo...;lloró hasta mi almohada;

endúlzame este llanto en tu ternura.


¿Qué es morir? Ya de niño me hice esta

pregunta tantas veces como tiene

capacidad de noche la alegría,

y voy hallando ahora la respuesta

que de tu mundo como luz me viene

a hombros de tu sombra hacia la mía.



A hombros de tu sombra hacia la mía

llegando están pisadas de sendero

que me confirman lo que sé y espero:

quedamente te acercas cada día.


Cuando en tu seno estaba yo, te oía,

percibía a mi modo tus "te quiero",

tus risas y tu llanto..., ahora me muero

por saber de tu pena o tu alegría.


Aunque tu muerte consta, yo te siento

viva dentro de mí; ¿te das tú cuenta?

¿Percibes mi gemido y mi lamento,

mis "te quiero" y mi voz? ¿No te atormenta

la continua agonía, el sentimiento

de ese inmenso silencio que te ausenta?


Ese inmenso silencio en el que, ausente,

sigues dando un sentido a nuestra vida,

que no es tener, es ser y la intuida

victoria liminal sobre la muerte.


Te vi más de una vez estremecerte,

más de una vez te he visto estremecida,

luchando esa batalla muerte-vida

sabiendo que la vida es más fuerte.


Por eso en tus labios la sonrisa

me auguró, más allá de la derrota,

una fuerza -al morir- que transfigura,


una fuerza tenaz que no se agota

y entre los besos de la dulce brisa

descifro en lontananza tu figura.


Eusebio Pinar Royo

lunes, 14 de febrero de 2011

la ausencia

El miedo rutilante que inundó mis pupilas,
resonó en las entrañas de la noche marchita,
hizo volar las aves que anidan en mi alma,
las lanzó hacia los cielos, como onda a los vientos.

¿A donde van las aves durante la tormenta
cuando el frío y la niebla cubren todo a su paso?
¿Donde mecen sus hijos? ¿Donde entonan sus nanas?
¡Parece que mis ojos ya no sirven de nada!?

¿A dónde van las aves, donde cuelgan sus nidos?
¡Dime donde sus cantos despiertan la esperanza!?
pues no es aquí en mi pecho, tampoco en mi garganta,
no se hacia donde han ido y me muero en nostalgia.
Cuando habitan adentro y me alumbran sus cantos,
todo miedo se escapa o se funde en la llama,
entonces victoriosos con plumas renovadas,
penetran el marfil del árbol de mi infancia.

Y la noche se alumbra con susurros de plata,
al ver que cual racimo de las ramas mas altas,
picotean la aurora para que la plegaria,
sea escuchada en voces en la copa de mi alma.